El asesino de la katana

Damos por inaugurado este blog con un suceso ocurrido en abril del año 2000, en Santiago el Mayor (Murcia). Un joven de 16 años, José Rabadán, salió de su habitación con una katana en mano (espada japonesa).

Se acercó al dormitorio de sus padres y de un certero espadazo segó el cuello de su madre, su padre se despertó e intentó defenderse a juzgar por los cortes que tenía en las manos, pero todo fue en vano, pues José le partió la cabeza con la katana. Su hermana pequeña con síndrome de Down tampoco escapó a la masacre y el frío acero de la katana acabó con su corta vida. Hasta entonces José Rabadán había sido un chico normal, aficionado a los videojuegos y a las artes marciales (la katana con la que cometió los asesinatos casualmente era un regalo de su padre).

Tras un minucioso estudio de este crimen antinatura, se puede observar que no mostró ningún tipo de compasión y que dichos asesinatos estaban premeditados minuciosamente por una mente enferma, que, a pesar de tener todo cuanto deseaba no supo valorarlo ya que carecía de empatía. Hoy día, aparte de tener miles de admiradoras, entre las que algunas siguieron sus pasos como las asesinas de San Fernando, de las cuales hablaremos más adelante, tiene novia. Nuestra pregunta es: ¿es capaz de amar? rotundamente no y creemos que una mente perturbada volverá a matar.

Recuerda que los primeros 11 segundos son publicidad del hospedaje, el relato empieza en el segundo 12, gracias por tu paciencia.
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